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Viejísimo y muy veraz refrán dice “Cría cuervos y te sacarán los ojos” y, en este artículo quisiéramos relacionarlo con cierta prensa, felizmente no toda, que contrata para dirigir o conducir sus programas noticiosos o de opinión, a personas anti sistémicas, que lejos de fomentar y respaldar la democracia, buscan tumbársela, algunos con plena voluntad hacia ello, otros irresponsablemente haciendo de tondos útiles y sin darse cuenta.
Lo antes señalado no solamente se da en la prensa privada, sino también en la pública. Comenzando por esta última, no se puede entender que medios que pertenecen al Estado, es decir a todos los peruanos, sean ellos escritos, radiales o televisivos, estén entrevistando a disociadores y profetas de la violencia, esto es que se esté haciendo propaganda a quienes quieren destruir el Estado de Derecho y la Democracia y, lo hagan encima en medios que costeamos todos los peruanos a través de nuestros impuestos.
Si bien es cierto que hay el derecho a informar y el correlativo de ser informado, no es menos cierto que se trata de información real, más no el promover la violencia para protestas que pudieren nacer justas, pero que se deslegitiman cuando supuestamente se ayudan con la promoción del odio, que llega incluso a ser vehículo para la perpetración de delitos, como es atentar contra la vida y la integridad de otras personas, así como fomentar la destrucción de propiedad pública y privada, sin omitir ataques contra la Policía y demás fuerzas del orden.
Quienes son dueños o simplemente utilizan los medios privados para confrontar el sistema, evidentemente sin quererlo, lo hacen mediante terceras personas que utilizan la pluma, el micro o la cámara para ello.
Si el Perú se transformara por obra de los violentistas en un Estado autoritario, donde lo primero que sufre y desaparece es la prensa libre, sus titulares habrían pecado de candelejones, criando cuervos, que quiérase o no les sacarán los ojos y, muy probablemente el medio informativo de su propiedad dejará de serlo, sea por confiscación o por cierre.
Ciertamente, los medios informativos privados se financian con la publicidad, venga esta del Sector Público, que debería estar regulada, sea ella del Sector Privado, en que en infinidad de veces los anunciantes solo revisan el rating del medio de prensa, sus tarifas y el público objetivo al que se dirigen, pero no estudian sus contenidos y, aquí está la trampita, pues en buena cuenta terminan financiando a medios cuyos colaboradores que dan la cara, responden a otros intereses que no son necesariamente los del Perú. Como dicen, están dando los fondos para comprar la soga con las que serán ahorcados.
En los últimos tiempos hemos sido testigos como, desde algunos medios de prensa, como dicen “sin querer queriendo”, promovían la violencia y las marchas de noviembre del 2020, estando día y noche repitiendo “Merino no me representa”, cuando asumió la Presidencia de la República legítimamente por disposición Constitucional. Lo inaudito es que no se hayan corregido.