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La prensa, trátese de la impresa, oral, televisiva y también digital, tienen la obligación ética y legal de ser objetiva, toda vez que frente a su deber de informar hay el derecho correlativo del informado de recibir las noticias con veracidad, no solo las malas sino también las buenas.
Evidentemente cuando recibimos información de prensa, por lo general es sesgada y no lo digo por temática ideológica o política, sino porque tiene preferencia por las malas noticias, como si todo fuese malsano y no hubiese nada bueno.
A veces da la impresión que los jefes de la prensa han licenciado a los periodistas de fuste, cultos y objetivos, para sustituirlos por lo que llamaremos la prensa policial, esto es con los relatos delictuosos, las detenciones, las intervenciones fiscales, las fugas, los procesos penales interminables, las condenas fuera de tiempo, las cárceles como escuelas de delito en lugar de centros de resocialización y, muchísima más información de lo malo.
Daría la impresión que nuestros ciudadanos en lugar de tener hoja de vida, tienen prontuario y, ello no es así, pues al igual como hay quienes delinquen también hay los que cumplen con la ley, contribuyen al desarrollo del país y son buenos ciudadanos.
No estamos sugiriendo de modo alguno que no se informe de lo malo, sino que también se informe de lo bueno, que también lo hay y mucho.
La pandemia afectó muchísimo a la población, que el famoso ciclón Yaku nos ha acarreado pérdida de vidas, desembalses, inundaciones, activación de quebradas, destrucción de viviendas y centros laborales y por supuesto, con vías de comunicación que deben ser rehabilitadas, al igual que extensos campos de producción agrícola, a lo cual se agrega la protesta social, la desconfianza en la actividad política y en muchísimos políticos y no ver un futuro diáfano. Pero sin descartar nada de ello, también hay buenas noticias que nos pueden hacer recuperar el optimismo y la credibilidad en los seres humanos.
No puede ser que a diario solo nos bombardeen de lo malo, se abrió investigación fiscal contra fulano y sutana, la Comisión de Ética del Congreso hizo de otorongo que no come otorongo, menganita afrontará denuncia constitucional, sentenciarán a general violador, cae un bus en el río Rimac, asaltan a monjita, roban el celular a ministro, tiroteo en banco gringo, asesinaron a nativos de la selva, cobran cupos a trabajadores congresales, personajes siniestros reglan a religiosos, bloquean más carreteras, matan policías y, así podríamos seguir y seguir.
Hay cosas buenas señores periodistas que pueden ayudar a levantar los ánimos de la población, como por ejemplo los actos de solidaridad con quienes han sido afectados por las lluvias, las ollas comunes, las entregas de alimentos, los alojamientos temporales, la acción de soldados, policías, serenos y bomberos, las ayudas de Caritas y de Adra, la recolección de vestimenta y otros bienes por las parroquias y conventos para ayudar a los damnificados.
Como vemos no puede prevalecer lo malo sobre lo bueno, que también existe y a raudales.